miércoles, 9 de noviembre de 2016

Jordan 4

Jordan IV,  "Evolucionaria"



En 1988 Michael Jordan ya era un figura reconocida en las canchas de baloncesto. La cabeza afeitada, los pantalones dos tallas mayor, los movimientos en el aire y la lengua fuera se convertían en rasgos tan famosos como sus zapatillas. Sus batallas contra los Detroit Pistons comenzaban a registrarse entre los clásicos. Y Tinker Hatfield tenía de nuevo la tarea de diseñar un modelo que se convirtiera en la imagen del jugador más admirado.
Para ello, esta vez huyó de cambios revolucionarios, adaptándo algunas de sus nuevas ideas a la Jordan IV. La idea que perseguía Tinker Hatfield era tratar de llevar a las zapatillas la innovación que había supuesto el baloncesto de Jordan; debía centrarse en el rendimiento y dejar de lado todo lo relacionado con la moda de aquellas zapatillas italianas o con piel de elefante. La Jordan IV, con cierto parecido a su predecesora, compartía elementos con otro modelo de la época, la Flight 89. De hecho, la suela y entresuela son casi idénticas.
El diseño se centró en el corte. Con una silueta parecida a la III en cuanto a altura, continuaba con el interés de Michael Jordan de aunar ligereza y protección. Una de las opciones que se planteó fue el uso de “mesh”, la malla que era habitual en el baloncesto hasta la aparición de la piel a mediados de los setenta. Tal y como se usa en las zapatillas de atletismo, en combinación con la piel, el “mesh” otorga flexibilidad y transpiración. Parecía un buen material para una zapatilla de baloncesto, pero nadie recordaba ningún modelo de gama alta con "mesh". La razón era simple, las zapatillas más baratas, aquellas que pueden encontrarse en cualquier supermercado se realizan en ese material. En una zapatilla de gama alta le da un look barato que no encajaba con la idea de las Jordan. La solución fue crear una red plástica que le daba la misma ligereza que el “mesh” y que terminó siendo uno de los símbolos de la Jordan IV, al menos en las versiones originales.


La afición de Jordan por los coches se aprecia en el “seat-bealt system” (cinturón de seguridad), las cinchas de plástico en las versiones originales que en las versiones retro se cambiaron por piel. Las ojeteras están formadas por un sistema multi-puerto que permite la personalización del ajuste y tienen la forma de una canasta con red. La moda del momento colocaba las lengüetas hacia fuera, por lo que en el interior de la misma se colocó la etiqueta para que pudiera ser leída desde el exterior.

A pesar de que con la III ya aparecía Spike Lee, la de la Jordan IV fue la primera gran campaña publicitaria. Michael Jordan es reconocido por su capacidad para mantenerse centrado y por su competitividad, pero él siempre ha hablado de la importancia de su lado bromista. Su primera estrategia cuando conoce a alguien es tratar de hacerle sonreír para romper la barrera de hostilidad que suele haber entre dos desconocidos. Wieden+Kennedy, la agencia de publicidad que siempre trabajó con nike, se encargó de la publicidad de Jordan. Y lo primero que hizo fue ponerse en contacto con Tinker Hatfield para ver cómo se había desarrollado la zapatilla. La figura de Mars Blackmon surgió como contrapunto de la competitividad de Michael. Para ello se contó con Spike Lee, un prometedor cineasta que en su primer film ya mostraba su amor por las zapatillas. En “Nola Darling” aparecía Mars Blackmon, un joven Spike Lee encarnando a un enamorado de sus jordans que se convertiría en el protagonista de las campañas de las IV, V y VI. Además, Lee dirigió los clips para la Jordan XVII e incluso volvió a protagonizar la campaña de las XX.


Esta zapatilla también protagonizó una de las escenas que mejor muestran la fiebre sneaker del momento. En “Do the right thing”, uno de los protagonistas, "Buggin Out" está a punto de comenzar un disturbio racial porque un joven blanco le pisa sus recién estrenadas Jordan IV. En realidad, la zapatilla que aparece en la película no es exactamente el modelo que salió al mercado, lo que da a entender que las relaciones Nike-Lee eran ya lo suficientemente fluidas como para hacerle llegar prototipos.

Aunque en su momento sólo Kevin Johnson la llevó en la NBA, más tarde se unirían Cutino Mobley, Derek Anderson o Nate Robinson en las versiones retro. Recordadas como las zapatillas de aquél "The Shot" que clavó delante de Craig Ehlo, en el siglo XXI se convirtió en uno de los modelos más buscados, y en 2005 se editó una versión laser homenaje a una zapatilla que, sin marcar época, supuso un paso más en el legado de Jordan.

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